La adicción al porno como cualquier conducta adictiva se caracteriza por el necesidad compulsiva de acceder a contenidos pornográficos (imágenes, videos, chats, etc.), interfiriendo en la vida de la persona de forma significativa, causando consecuencias negativas y, pesar de estas consecuencias, la persona sigue consumiendo porno.
La persona puede hacer intentos para dejar de ver porno pero fracasa, también después de acceder a los contenidos pornográficos la persona se siente culpable. La culpabilidad viene de que la persona con esta adicción cada vez necesita contenidos más fuertes para lograr la excitación inicial que notaba, y muchas veces se accede a contenidos que cruzan líneas morales para la persona, por ejemplo acceder a contenidos de pornografía relacionados con la zoofilia, pedofilia, etc.
¿Es una verdadera adicción?
Aunque no está catalogada en los manuales diagnósticos como adición sí que podemos decir que es una adicción porque la excitación que produce ver porno, así como la propia masturbación que la acompaña, incide en la liberación de dopamina en el cerebro, pudiendo afectar a los lóbulos prefrontales que se encargan del control de impulsos, entre otras funciones.
También aparece un deseo irrefrenable (craving) que genera mucho malestar que se alivia y refuerza con el consumo de porno.
Además, al igual que cualquier droga, el adicto necesita consumir cada vez más para conseguir los efectos iniciales de bienestar. En el porno se materializa en la búsqueda de contenidos pornográficos cada vez más fuertes, más variado y durante más tiempo para lograr excitación sexual.
También cumple los cuatros criterios básicos de una conducta adictiva, que son:
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- Obsesión: haciendo referencia a estar pensando continuamente en ver pornografía y/o pensar en qué momento se va a ver.
- Consecuencias negativas: que cause algunos problemas importantes (dejar de hacer otras actividades, disminución de las relaciones sociales, problemas sexuales, etc.)
- Negación o racionalización: intentar convencerse a sí mismo o a los demás que no es para tanto o que todo el mundo lo hace.
- Falta de control: emplear más tiempo del que inicialmente se ha propuesto o acabar viendo porno a pesar de que no se quiere ver.
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¿Cuáles son las consecuencias negativas de la adicción al porno?
Por un lado, el excesivo tiempo empleado en pensar en el porno, buscar y ver porno, hace que se dejen de realizar otras actividades relevantes como tareas escolares, laborales, domésticas o sociales. Pudiendo llegar a preferir ver porno a quedar con amigos y aislarse socialmente.
El visionado del porno de forma compulsiva puede llegar a no controlar los lugares donde se ve, por ejemplo, verlo en el trabajo, escuela, transportes públicos, donde ser descubierto puede resultar embarazoso.
También interfiere en la relación de pareja, ya que la pareja se puede enfadar y sentirse herida por el uso compulsivo e inadecuado del porno.
Otra área que se ve gravemente afectada es en la respuesta sexual, ya que ver porno genera unas expectativas poco realistas de las relaciones sexuales, lo que llega a crear que experiencias sexuales habituales no sean satisfactorias. En la pornografía, se plantean relaciones sexuales poco realistas y habituales. Además la estimulación visual que provoca el porno afecta al deseo sexual porque puede llegar a anular las fantasías sexuales mentales. También, visionar pornografía va acompañada de masturbación lo lleva a tener menos ganas de mantener relaciones sexuales en pareja.
Si crees que tienes problemas con la pornografía, en Perelló Psicólogos disponemos de profesionales que pueden ayudarte.