Septiembre no es enero, pero para muchas personas se siente como un nuevo inicio. Es el mes en el que volvemos a las rutinas después del verano, reorganizamos horarios y sentimos que tenemos una nueva oportunidad para “hacerlo mejor” que antes.
Este impulso no es casual. En psicología se ha estudiado lo que se conoce como “efecto de nuevo comienzo” (fresh start effect), un fenómeno descrito por Katherine L. Milkman, Hengchen Dai y Jason Riis en 2014. Según su investigación, ciertos hitos temporales (como el inicio de un año, el cumpleaños, la vuelta de vacaciones o incluso un lunes) actúan como marcadores mentales. Nos ayudan a dividir el tiempo en “antes” y “después”, lo que nos da la sensación de que empezamos con la cuenta en blanco.
En el caso de septiembre, su poder simbólico viene de que culturalmente lo asociamos al inicio del curso escolar o académico. Aunque no estemos estudiando, seguimos arrastrando esa percepción de “nuevo ciclo” que nos invita a reflexionar sobre lo que queremos cambiar o mejorar.
Un momento de revisión
El regreso a la rutina tras el verano también nos coloca en una posición de evaluación: pensamos en lo que hemos hecho bien, lo que queremos mantener y lo que nos gustaría modificar. Esa pausa natural que generan las vacaciones nos permite tomar perspectiva, y septiembre se convierte en la excusa perfecta para reorientar hábitos, proyectos y prioridades.
La oportunidad y el reto
El efecto de nuevo comienzo es útil porque nos motiva a actuar, pero tiene un riesgo: confiar demasiado en el impulso inicial y no planificar el mantenimiento de esos cambios. La motivación que llega con septiembre puede evaporarse si no se traduce en pasos concretos y realistas.
El efecto social
Otro factor que influye es el contexto: ver que muchas personas a nuestro alrededor se marcan nuevos objetivos en septiembre puede motivarnos a hacer lo mismo. Este efecto de contagio social nos recuerda que no estamos solos en el esfuerzo por mejorar y nos empuja a aprovechar esa energía colectiva.
Más allá de septiembre
Aunque este mes tenga un valor simbólico especial, es importante recordar que no necesitamos esperar a una fecha señalada para iniciar un cambio. Los momentos significativos pueden ayudarnos a dar el primer paso, pero el verdadero progreso se construye en cualquier día del año, incluso en los más ordinarios.