Cómo influye el «amor romántico» en nuestras relaciones de pareja

Cómo influye el «amor romántico» en nuestras relaciones de pareja

El amor romántico es un concepto complejo que abarca una amplia variedad de experiencias emocionales, actitudes y comportamientos asociados a las relaciones amorosas. Se caracteriza por la idealización y la intensidad emocional, a menudo influenciada por factores culturales, literarios y sociales.

De hecho, el amor romántico y sus creencias asociadas a menudo ejercen una influencia significativa en la forma en que nos relacionamos con nuestra pareja. Las más frecuentes son:

    • Expectativas poco realistas. El amor romántico tiende a crear expectativas ideales sobre cómo debería ser una relación. La creencia en el «amor perfecto» puede generar presión para que la relación cumpla con estándares poco realistas, lo cual puede conducir a decepciones y tensiones.
    • Enfoque en la pasión inicial. La intensidad emocional asociada con el amor romántico a menudo se enfoca en la fase inicial de la relación, donde la pasión y la excitación son prominentes. Esta expectativa de mantener esa chispa puede llevar a la insatisfacción cuando la relación evoluciona hacia etapas más estables y menos efervescentes.
    • Comparación con ideales sociales y culturales. Las creencias sobre el amor romántico están influenciadas por las representaciones en la cultura, los medios de comunicación y las redes sociales. La comparación de la propia relación con ideales románticos sociales puede generar inseguridades y dudas sobre la calidad de la relación.
    • Riesgo de dependencia emocional. El amor romántico a veces puede asociarse con la idea de encontrar la «media naranja» o la persona que nos completa. Esta creencia puede contribuir a la dependencia emocional, donde se espera que la pareja llene todas las necesidades emocionales, lo cual puede ser insostenible y poco realista.
    • Abordaje de conflictos. Las creencias sobre el amor romántico pueden influir en cómo abordamos los conflictos en la relación. Algunas personas pueden evitar enfrentar problemas para mantener la ilusión de la perfección romántica, mientras que otras pueden experimentar frustración al enfrentar desafíos inesperados.

Para cultivar relaciones saludables, es esencial ser consciente de las creencias asociadas al amor romántico y trabajar hacia expectativas realistas. La comunicación abierta, la empatía y el compromiso mutuo son elementos clave para construir y mantener relaciones sólidas a lo largo del tiempo.

Si crees que tienes problemas en tu relación de pareja, en Perelló Psicólogos disponemos de profesionales que pueden ayudarte.

¿Qué es la sexualidad?

¿Qué es la sexualidad?

Cuando pensamos en sexo lo primero que nos viene a la cabeza es gente desnuda en una cama, genitales, excitación, penetración, orgasmos… pero la sexualidad es mucho más que eso. Es todo aquello que:

    • Nos resulta placentero.
    • Nos aportan algo positivo.
    • Hacemos de manera deseada.
    • Hacemos de manera consentida.

Bajo esas premisas, vamos a definir como sexualidad un amplio abanico de conductas: un beso, una caricia, una mirada cómplice, una sonrisa, un abrazo…. Todas ellas son distintas formas de expresión en la sexualidad.

Además, son distintas formas de sexualidad que podemos tener con distintas personas, no exclusivamente con nuestra pareja. Por ejemplo, cuando damos un beso a nuestra madre, o le damos un abrazo a un amigo. Si te fijas son conductas que nos resultan placenteras, nos aportan algo positivo, deseamos hacerlo y las realizamos de forma consentida por ambas partes.

Desde luego, son una forma de sexualidad que nada tiene que ver con la que podemos tener con nuestra pareja cuando tenemos penetración, o cuando nos masturbamos a solas, pero sí se consideran parte de la sexualidad.

Por tanto, la sexualidad es un concepto mucho más amplio del que se usa normalmente. La sexualidad es una característica inherente a todas las personas y está con nosotros desde que nacemos hasta que nos morimos. Es decir, no es algo que adquirimos al llegar a la adolescencia de forma espontánea, ni algo a lo que se pueda renunciar. De hecho, la sexualidad se va desarrollando desde que nacemos y va evolucionando a medida que crecemos.

La sexualidad tiene que ver con cómo nos sentimos con nosotros mismos, con los demás, con cómo nos relacionamos, cómo sonreímos… Las personas somos seres sexuales, aunque no mantengamos relaciones sexuales mediante los genitales con otras personas o con nosotros mismos. Incluso aunque no besemos o abracemos a otras personas.

Por ello, cuando trabajamos en terapia con este constructo, no nos centramos únicamente en las prácticas habituales como la penetración, sino que abarcamos otras muchas que entran bajo esas cuatro premisas descritas inicialmente, que también tienen un gran impacto en la vida de las personas.

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