Desmontando la necesidad de tener pareja

Desmontando la necesidad de tener pareja

¿Qué es la necesidad de tener pareja?

La dependencia emocional es una arraigada necesidad de sentirse amado por alguien, basando la propia valía personal en que ese alguien nos ame. Se caracteriza por lo siguiente: 

    • Si el dependiente emocional no logra ese amor se siente anulado y su vida deja de tener sentido. 
    • Se asume que otros tienen que cuidar de él porque se siente incapaz de hacerlo por sí mismo. Por lo que delega en los demás su bienestar, responsabilizándolos de su felicidad y provocando que se tengan muchas dificultades a la hora de tomar decisiones. 
    • Se busca continuamente el apoyo y aprobación, por lo que en raras ocasiones llevan la contraria a los demás por el miedo a ser abandonados.

Esta dependencia lleva a una relación de desequilibrio, insana y tóxica, en la cual cada miembro de la relación asume un rol: uno de “cuidador” y otro “cuidado”. Dependiendo de la personalidad del que ejerce de cuidador puede llevar a situaciones de maltrato por parte de éste.

¿En qué se basa?

La dependencia emocional en la relación de pareja viene determinada por la creencia irracional de: “Necesito tener pareja para ser feliz”. 

Esta creencia, tan sólida y arraigada en muchas personas, solo nos crea malestar y dolor. En primer lugar, este pensamiento esta formulado de forma impositiva, sin dejar posibilidad alguna de ser feliz de otras formas a través del amor o el cariño de otras personas como la familia, los/las amigos/as o, el más importante de todo ellos: el amor propio. Todos aquellos pensamientos que están formulados como un “deber” o una “obligación” son rígidos y desadaptativos. De hecho, si nos centramos en el verbo “necesitar” nos podemos dar cuenta que está relacionado con la supervivencia. Y es que realmente lo único necesario para vivir es respirar oxígeno e ingerir nutrientes. En su lugar podemos decir “me gustaría tener pareja”, el cual deja un lado la obligación y muestra deseo, por lo que es más adaptativo y flexible. Ya no es que necesites una pareja para ser feliz, sino que te gustaría tenerla, pero que si no la tienes tampoco es “el fin del mundo”. Este pensamiento alternativo permite continuar disfrutando de la vida y de otros tipos de cariño y de amor hasta que llegue el de la pareja, si es que se desea. 

¿Dónde reside tu felicidad?

En segundo lugar, esta creencia deja todo el peso de propia felicidad en manos de otra persona, lo cual es totalmente injusto tanto para ti como para esa otra persona. No es sano pensar de esa forma porque no dejas que otras personas o, incluso que tú mismo/a, te proporcionen felicidad. ¿Realmente no eres feliz con tus amigos/as? ¿Cuándo estas con tu familia? ¿No eres feliz cuándo haces algo que te gusta? ¿Cuándo consigues un objetivo muy importante para ti? La felicidad la puedes encontrar de muchas formas, y tener pareja es una entre cientos de posibilidades. 

En tercer lugar, ¿dónde está escrito que el fin máximo de la vida de cada persona sea encontrar pareja para ser feliz? Por nuestra cultura y nuestra historia como sociedad se nos ha inculcado que es necesario tener una pareja para poder formar una familia y tener descendencia, pero ¿actualmente no se ha demostrado que existen muchos estilos de vida diferentes y que ninguno es más válido o “correcto” que otro? No dejes que las películas de Disney o las películas románticas nublen tu mente y no te dejen ver que hoy en día se está extendiendo cada vez más la idea de que la vida está para disfrutarla de muchas formas y que si tienes pareja puedes disfrutarla con ella. Pero que, si no es el caso, también se puede disfrutar. 

Conclusión

Por tanto, esta creencia no es más que el producto de nuestra cultura y de nuestra sociedad. Pero que poco a poco se va deconstruyendo por sí sola. No dejes que este legado cultural te impida ser feliz y disfrutar de todas las oportunidades de ser feliz que nos brinda la vida. Una pareja puede ser fundamental en tu vida, pero tienes que construir tu vida en base a muchos otros pilares. Así, en el momento en que ese pilar se rompa o no exista, tu vida no se tambalee y puedas seguir disfrutando. 

Si crees que te encuentras en una relación de dependencia emocional y necesitas ayuda, en PERELLÓ PSICÓLOGOS tenemos un equipo a tu disposición. 

Dinámicas relacionales: cómo mantener el equilibrio en pareja

Dinámicas relacionales: cómo mantener el equilibrio en pareja

En una relación de pareja, el equilibrio es fundamental para mantener una conexión saludable y duradera. Este equilibrio no surge de la nada; se construye día a día mediante las interacciones y comportamientos de ambos miembros. Comprender cómo se instauran y se perpetúan estas dinámicas relacionales es esencial para fomentar una relación en la que ambos se sientan valorados y satisfechos.

CÓMO SE FORMAN LAS DINÁMICAS RELACIONALES

Las dinámicas relacionales se forman a partir de las interacciones repetidas entre los miembros de la pareja. Al inicio de una relación, ambos suelen esforzarse por mostrar lo mejor de sí mismos y por satisfacer las necesidades del otro. Este periodo, a menudo conocido como la «fase de enamoramiento», es caracterizado por un alto grado de reciprocidad y de refuerzo positivo mutuo.

Sin embargo, a medida que la relación avanza, las rutinas y los hábitos se establecen. Es en este punto donde las dinámicas relacionales pueden comenzar a desviarse hacia patrones menos equilibrados. Por ejemplo, uno de los miembros puede asumir más responsabilidades en el hogar mientras el otro se acomoda, creando una dinámica de desigualdad. Si esta situación se perpetúa, puede llevar a sentimientos de resentimiento y agotamiento.

PERPETUACIÓN DE LAS DINÁMICAS RELACIONALES

Las dinámicas relacionales se perpetúan a través de la repetición y la falta de comunicación abierta. Cuando un comportamiento se refuerza de manera consistente, es más probable que se repita. Por ejemplo, si un miembro de la pareja siempre cede ante las demandas del otro para evitar conflictos, esta dinámica puede volverse la norma.

La falta de comunicación también juega un papel crucial en la perpetuación de dinámicas desequilibradas. Si no se discuten las expectativas y necesidades de manera abierta y honesta, es difícil identificar y corregir los patrones negativos. Esto puede llevar a una acumulación de tensiones no resueltas que, con el tiempo, erosionan la relación.

IMPACTO DE LAS DINÁMICAS RELACIONALES EN LA PAREJA

Las dinámicas relacionales desequilibradas tienen un impacto significativo en la calidad de la relación. La persona que asume una carga desproporcionada puede sentirse explotada y agotada, mientras que la que se acomoda puede volverse dependiente y menos involucrada. Esto no solo afecta el bienestar emocional de ambos miembros, sino que también puede llevar a una disminución del respeto y la admiración mutuos, factores clave para una relación saludable.

ESTRATEGIAS PARA MANTENER EL EQUILIBRIO: 

    1. Comunicación abierta y honesta: La base de una relación equilibrada es una comunicación efectiva. Ambos deben sentirse libres para expresar sus necesidades, preocupaciones y expectativas. La comunicación regular sobre lo que cada uno necesita y cómo se siente puede prevenir la formación de dinámicas negativas.
    2. Distribución equitativa de responsabilidades: Es crucial que las tareas y responsabilidades se distribuyan de manera equitativa. Esto no significa una división exacta al 50%, sino una distribución justa que considere las capacidades y circunstancias de cada uno. Por ejemplo, si uno trabaja más horas fuera de casa, el otro podría asumir más tareas domésticas.
    3. Reconocimiento y aprecio: Mostrar aprecio y reconocimiento por los esfuerzos del otro refuerza comportamientos positivos y fomenta un ambiente de apoyo y reciprocidad. Un simple «gracias» o un gesto de afecto pueden tener un gran impacto.
    4. Flexibilidad y adaptabilidad: Las necesidades y circunstancias cambian con el tiempo, por lo que es importante ser flexible y estar dispuesto a ajustar las dinámicas relacionales según sea necesario. La disposición para negociar y comprometerse es fundamental.
    5. Buscar ayuda profesional: Si las dinámicas negativas están muy arraigadas o son difíciles de cambiar, buscar la ayuda de un profesional de la psicología o la terapia de pareja puede ser muy beneficioso. Un terapeuta de pareja puede proporcionar herramientas y estrategias para reequilibrar la relación y mejorar la comunicación.

El equilibrio en una relación de pareja no es algo que se alcance una vez y se mantenga para siempre. Requiere esfuerzo continuo, comunicación y una disposición constante para adaptarse y crecer juntos. Al entender cómo se forman y perpetúan las dinámicas relacionales, y al aplicar estrategias para mantener el equilibrio, es posible construir una relación fuerte y saludable.

Si sientes que tu relación necesita un impulso para restablecer el equilibrio, en PERELLÓ PSICÓLOGOS te ofrecemos el apoyo necesario. Contáctanos para explorar cómo podemos ayudarte a fortalecer tu relación.

Cómo influye el «amor romántico» en nuestras relaciones de pareja

Cómo influye el «amor romántico» en nuestras relaciones de pareja

El amor romántico es un concepto complejo que abarca una amplia variedad de experiencias emocionales, actitudes y comportamientos asociados a las relaciones amorosas. Se caracteriza por la idealización y la intensidad emocional, a menudo influenciada por factores culturales, literarios y sociales.

De hecho, el amor romántico y sus creencias asociadas a menudo ejercen una influencia significativa en la forma en que nos relacionamos con nuestra pareja. Las más frecuentes son:

    • Expectativas poco realistas. El amor romántico tiende a crear expectativas ideales sobre cómo debería ser una relación. La creencia en el «amor perfecto» puede generar presión para que la relación cumpla con estándares poco realistas, lo cual puede conducir a decepciones y tensiones.
    • Enfoque en la pasión inicial. La intensidad emocional asociada con el amor romántico a menudo se enfoca en la fase inicial de la relación, donde la pasión y la excitación son prominentes. Esta expectativa de mantener esa chispa puede llevar a la insatisfacción cuando la relación evoluciona hacia etapas más estables y menos efervescentes.
    • Comparación con ideales sociales y culturales. Las creencias sobre el amor romántico están influenciadas por las representaciones en la cultura, los medios de comunicación y las redes sociales. La comparación de la propia relación con ideales románticos sociales puede generar inseguridades y dudas sobre la calidad de la relación.
    • Riesgo de dependencia emocional. El amor romántico a veces puede asociarse con la idea de encontrar la «media naranja» o la persona que nos completa. Esta creencia puede contribuir a la dependencia emocional, donde se espera que la pareja llene todas las necesidades emocionales, lo cual puede ser insostenible y poco realista.
    • Abordaje de conflictos. Las creencias sobre el amor romántico pueden influir en cómo abordamos los conflictos en la relación. Algunas personas pueden evitar enfrentar problemas para mantener la ilusión de la perfección romántica, mientras que otras pueden experimentar frustración al enfrentar desafíos inesperados.

Para cultivar relaciones saludables, es esencial ser consciente de las creencias asociadas al amor romántico y trabajar hacia expectativas realistas. La comunicación abierta, la empatía y el compromiso mutuo son elementos clave para construir y mantener relaciones sólidas a lo largo del tiempo.

Si crees que tienes problemas en tu relación de pareja, en Perelló Psicólogos disponemos de profesionales que pueden ayudarte.

¿Qué es la sexualidad?

¿Qué es la sexualidad?

Cuando pensamos en sexo lo primero que nos viene a la cabeza es gente desnuda en una cama, genitales, excitación, penetración, orgasmos… pero la sexualidad es mucho más que eso. Es todo aquello que:

    • Nos resulta placentero.
    • Nos aportan algo positivo.
    • Hacemos de manera deseada.
    • Hacemos de manera consentida.

Bajo esas premisas, vamos a definir como sexualidad un amplio abanico de conductas: un beso, una caricia, una mirada cómplice, una sonrisa, un abrazo…. Todas ellas son distintas formas de expresión en la sexualidad.

Además, son distintas formas de sexualidad que podemos tener con distintas personas, no exclusivamente con nuestra pareja. Por ejemplo, cuando damos un beso a nuestra madre, o le damos un abrazo a un amigo. Si te fijas son conductas que nos resultan placenteras, nos aportan algo positivo, deseamos hacerlo y las realizamos de forma consentida por ambas partes.

Desde luego, son una forma de sexualidad que nada tiene que ver con la que podemos tener con nuestra pareja cuando tenemos penetración, o cuando nos masturbamos a solas, pero sí se consideran parte de la sexualidad.

Por tanto, la sexualidad es un concepto mucho más amplio del que se usa normalmente. La sexualidad es una característica inherente a todas las personas y está con nosotros desde que nacemos hasta que nos morimos. Es decir, no es algo que adquirimos al llegar a la adolescencia de forma espontánea, ni algo a lo que se pueda renunciar. De hecho, la sexualidad se va desarrollando desde que nacemos y va evolucionando a medida que crecemos.

La sexualidad tiene que ver con cómo nos sentimos con nosotros mismos, con los demás, con cómo nos relacionamos, cómo sonreímos… Las personas somos seres sexuales, aunque no mantengamos relaciones sexuales mediante los genitales con otras personas o con nosotros mismos. Incluso aunque no besemos o abracemos a otras personas.

Por ello, cuando trabajamos en terapia con este constructo, no nos centramos únicamente en las prácticas habituales como la penetración, sino que abarcamos otras muchas que entran bajo esas cuatro premisas descritas inicialmente, que también tienen un gran impacto en la vida de las personas.

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