Vida sólo tenemos una, ésta, y debemos reconocer que no es nada fácil recorrer sus diferentes épocas o circunstancias. Pero por muy injusta o complicada que sea, seguimos de acuerdo en que sólo tenemos una.
Con esta vida que tenemos somos responsables de darle el sentido que queramos. Así de simple. Cada uno de nosotros y de nosotras tenemos el poder de decidir qué rumbo toma nuestra vida teniendo en cuenta las circunstancias, y, todas ellas son igual de válidas. Puedes decidir dedicarte a tu trabajo y mejorar día a día, ser madre o padre y dedicarte al cuidado y a la enseñanza, descansar en plena naturaleza, estudiar para alcanzar un puesto prestigioso y deseado para ti, viajar por todo el mundo aprendiendo culturas e idiomas, ser voluntario o voluntaria para ayudar a otros, aprender un nuevo deporte, y un largo etcétera.
Esta forma de ver la vida sería similar al concepto japonés denominado IKIGAI que significa “razón de ser” o “pasión de nuestra vida”. Según la cultura milenaria japonesa, todas las personas tenemos un ikigai, un motor en nuestra vida que nos impulsa a levantarnos cada mañana. El ikigai nos motiva a encontrar el sentido a nuestra existencia, desde el día a día, haciendo lo que deseamos.
Además, la vida se encuentra en constante cambio, por lo que las personas también. El motor o sentido de nuestra vida puede variar a lo largo de los años, por lo que no te aferres a un motivo que ya no te apasiona e ilusiónate con el objetivo de encontrar uno nuevo. La estabilidad es un bien muy preciado para muchas personas, por supuesto, pero no hay que olvidar que también se necesita la ilusión de vivir para hacer ciertas cosas en la vida, por lo que, en muchas ocasiones, se necesitan cambios para volver a recuperar la ilusión de vivir.
Otro aspecto a tener en cuenta es que podemos tener más de un motor en nuestra vida, es decir, podemos encontrar el equilibrio entre diferentes pasiones en nuestra vida que le dan sentido. Por ejemplo, podemos combinar el cuidado de la familia y el disfrute de una afición o el querer mejorar en el trabajo.
Eres libre de vivir tu vida como quieras, con los objetivos que quieras y dándole prioridad a lo que desees. Encontrarse en determinados momentos de la vida perdido o perdida sin saber qué rumbo tomar es parte del aprendizaje. Está en tus manos hacerte consciente de que has perdido tu ikigai y de que es el momento de recuperarlo o encontrar otro que te apasione en este momento. Recuerda que también puedes pedir ayuda profesional cuando consideres que no encuentras motivos para vivir y que no consigues salir de ese pozo profundo llamado depresión.
Tampoco dejes de lado el hecho de que la vida no es sólo conseguir objetivos, sino en disfrutar dando pasos para alcanzarlos y en valorarlos una vez los tenemos. Por tanto, el sentido de la vida no es ni más ni menos que vivir y sentirse vivo.
Si crees que te encuentras en un momento de tu vida en el que no sabes qué rumbo tomar, en PERELLÓ PSICOLÓGOS tenemos un equipo a tu disposición para ayudarte.